jueves, 24 de diciembre de 2015

Nota del autor: Historia "Hijo"

Hola a todos.

Supongo que algún día tenía que regresar por aquí. Vuelvo, aunque ahora a mi corazón le falta un pedazo muy grande. Pero bueno, aquí estoy, y ya tenéis la cuarta parte de "Sujeto de prueba 001", por si queréis leerla.

El motivo principal de esta nota es volver a recordar una historia que escribí hace tiempo, titulada "Hijo", y que creo que es oportuno volver a traer a la primera página.

De paso, me gustaría felicitar las fiestas a todos, pero, en especial, a todas aquellas personas que estén tristes o que lo estén pasando mal, por el motivo que sea. Mucho ánimo.

De nuevo, gracias a todos por estar ahí.

Aio

Sujeto de prueba 001 (Cuarta parte de siete)

Día 3, jueves, 10 de mayo del 2035.
Signos vitales:
Temperatura: 37,3ºC.
Pulso: 104.
Presión arterial: 138 / 86.

jueves, 17 de diciembre de 2015

Nota del autor

Hola a todos.

Esta semana no habrá historia nueva.

Hasta el próximo jueves 24.

Gracias por estar ahí.

Aio

jueves, 19 de noviembre de 2015

Nota del autor: Paréntesis

¡Buenas!

Pues aquí estoy. Como algunos ya sabréis, he sido un poco irregular estas últimas semanas a la hora de subir las historias. Y, por motivos personales, no podré subir historias en las próximas semanas. De modo que "Historias con latido" se va a tomar un pequeño paréntesis.

El próximo día 17 de diciembre, si todo va bien, volveré a pasarme por este blog para publicar novedades. Hasta entonces, podéis disfrutar de todas las historias ya publicadas, y espero volver para esa fecha para continuar y finalizar "Sujeto de prueba 001".

Un abrazo muy fuerte a todos y gracias por estar ahí.

Nos veremos de nuevo pronto.

Aio

jueves, 5 de noviembre de 2015

Nota del autor: ¡Hola de nuevo!

¡Muy buenas!

Algunos de vosotros os habréis dado cuenta de que el pasado jueves día 29 de octubre no subí ninguna historia al blog. En realidad, me fue imposible hacerlo, y me disculpo si alguno de vosotros se quedó esperando un capítulo nuevo de "Sujeto de prueba 001".

Por suerte, esta semana retomo la historia y ya podéis leer la tercera parte.

Muchas gracias a todos por estar ahí.

Un abrazo muy fuerte.

Aio

Sujeto de prueba 001 (Tercera parte de siete)

Día 2, miércoles, 9 de mayo del 2035.
Signos vitales:
Temperatura: 36,9ºC.
Pulso: 94.
Presión arterial: 122 / 81.

jueves, 22 de octubre de 2015

Sujeto de prueba 001 (Segunda parte de siete)

Día 1, martes, 8 de mayo del 2035.
Signos vitales:
Temperatura: 35,7 ºC.
Pulso: 82.
Presión arterial: 118 / 77.

jueves, 15 de octubre de 2015

Sujeto de prueba 001 (Primera parte de siete)

Día 0, lunes, 7 de mayo del 2035.
Signos vitales:
Temperatura: 35,7 ºC.
Pulso: 85.
Presión arterial: 117 / 75.

jueves, 8 de octubre de 2015

Algo curioso

El lunes le pasó algo curioso. Como en todos los inicios de semana, había terminado de trabajar a las nueve menos cuarto, cuarenta y cinco minutos más tarde de su hora de salida. Se dirigía a coger el metro, maletín en mano y paso apresurado. Estaba deseando llegar a casa, liberarse de las ataduras de su corbata y su camisa de cuello estrecho, y enfundarse su camiseta de Motörhead para olvidarse de los problemas del mundo mientras hacía vibrar con sus dedos las notas graves de su bajo. Pero ese deseado momento de desconexión aún debía esperar unos minutos hasta que llegase a casa. Ahora, esperaba pacientemente a que el semáforo de peatones se pusiera verde para poder llegar a la boca del metro del otro lado de la calle.

jueves, 1 de octubre de 2015

Los escritos de Sekai

Y ahí estaba Sekai, de pie, sola y con la barbilla bien alta, en una falsa señal de orgullo que apenas podía esconder el temblor de su miedo. Había alcanzado el borde mismo de la existencia. Muchos de los que se habían hecho eco del propósito de su viaje le habían hecho saber, sin ningún tipo de amable cortapisa, que estaba loca de remate, que su periplo iba a ser un despropósito catastrófico y que se abocaba directamente a su propia muerte guiada por unos ideales erróneos. Sin embargo, ella se mantuvo firme, firme y sola. Hasta que alcanzó su meta y se quedó de pie contemplando el objetivo alcanzado. Había demostrado que, desde el principio, había estado en lo cierto, pero ya no quedaba nadie a su lado para verlo. Allí estaba ella, de pie y sola, orgullosa y sola, asustada y sola, en el fin imposible de su mundo plano.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Piña colada

Los colores chillones de los neones que anunciaban varias marcas de cerveza eran la única fuente de luz dentro de aquel tugurio. El bar de Oli era oscuro y olía a cerrado, pero era justo el tipo de local que atraía, como moscas a la luz, a la escasa y dispareja panda de perdedores que acudía allí cada noche para ahogar sus penas en alcohol y en conversaciones cargadas de silencios, pensamientos profundos y miradas perdidas. Era jueves y, como todos los jueves y como todos los días, Oli se quedó un rato observando atentamente desde detrás de la barra cómo aquel anciano sentado al otro extremo se encorvaba desgarbado sobre su vaso de piña colada.

jueves, 17 de septiembre de 2015

La nueva vida de Dana (Tercera parte de tres)

Pequeños y brillantes eran los ojos que destellaban desde la profundidad oscura y rocosa de la cueva. Atónitos y abiertos redondos de par en par, observaron incrédulos cómo la joven Dana se alejaba de la entrada de la cueva. Aquel ser, peludo y encorvado, dejaba que las sombras ocultaran su flaco cuerpo, mientras daba pequeños brincos nerviosos tras una estalagmita.

jueves, 10 de septiembre de 2015

La nueva vida de Dana (Segunda parte de tres)

Colocó los brazos en jarra e inclinó la cabeza a un lado mientras no perdía detalle de la inmensa gruta que se abría ante ella como si fuera la entrada a un burdo y pedregoso túnel de una carretera forestal abandonada. Al lado de Dana, su perra Nomi seguía sentada en la hierba, emitiendo de vez en cuando algún gemido lastimero, como si al animal le preocupase que su dueña de adentrara en la oscuridad de delante.

jueves, 3 de septiembre de 2015

La nueva vida de Dana (Primera parte de tres)

La cálida luz del sol de la tarde se filtraba en las alturas a través de las frondosas ramas. Dana cerró los ojos y alzó la cabeza hacia el cielo, que dejaba entrever su claro azul celeste por los huecos entre las hojas. Percibió el calor del sol en su cara, dibujando luces y sombras caprichosas al mismo tiempo que la agradable brisa mecía las ramas de arriba. El susurro de los árboles se convirtió en una melodía tranquila y relajante que entraba por sus oídos y se hundía hasta su corazón, calmando su latido y acompasándolo al vaivén del follaje que la rodeaba. Sin pretenderlo, una media sonrisa apareció en su rostro. Estaba tranquila y se sentía en paz. Entonces, escuchó el paso apresurado de cuatro patas que se acercaban hacia ella. Abrió los ojos y bajó la mirada para ver a su perra Nomi corriendo y saltando algunos arbustos, mientras sostenía en su hocico el palo que Dana le había tirado.

jueves, 27 de agosto de 2015

Horizonte oceánico

Las olas la tentaban con promesas provenientes de más allá del horizonte del océano. Promesas inalcanzables que nacían justo donde su vista se perdía, por encima de la cortante línea definida que separaba el cielo azul del mar azul. Sentada en la orilla, las olas se acercaban cada vez más a la punta de los dedos de sus pies, pero ella no se dio por enterada. Quería que el mar se confiase y creyese que la iba a pillar desprevenida para que, una vez llegado el momento en el que el agua salada la tocara, fuese ella realmente quien disfrutase al máximo de un instante en el que todo un vasto océano la estuviese acariciando y lamiendo con la delicadeza de las idas y venidas del oleaje tropical.

jueves, 20 de agosto de 2015

La puerta

Se llevó la mano temblorosa hacia la comisura de los labios y se limpió las salpicaduras. El sabor ferroso de la sangre de otra persona se coló entre sus labios y la boca le supo a asesinato. Con pasos descoordinados, se tambaleó descendiendo cada uno de los escalones que llevaban al sótano. Despacio, fue recorriendo los últimos metros que lo separaban de su objetivo: la puerta de madera al final de aquel pasillo. Las lágrimas asomaron en sus ojos y la mueca que empezó siendo de alegría se tornó en una mezcla de pena e ira. Para llegar allí había hecho tanto de lo que arrepentirse, había destrozado tantas vidas a su paso, había traicionado y se había aprovechado de inocentes... Todos y cada uno de sus actos deplorables lo habían conducido hasta aquel sótano, lugar marcado por las sombras que danzaban al ritmo de la hilera de velas que se derretían en el suelo. Todo lo hecho lo había hecho para llegar a aquella puerta. Todo, por abrir aquella puerta. Todo, por liberar a la prisionera del otro lado.

jueves, 13 de agosto de 2015

Obsidiana

Su oscuridad rivalizaba con la del mismo espacio profundo, aquel lugar remoto y negro, lejos de cualquier comprensión humana, donde el manto de la expansiva creación aún no ha llegado. Su superficie era lisa y pulida, tanto que a su paso, silencioso y permanente, se reflejaba al detalle cada una de las distantes estrellas, planetas y galaxias. Su forma era esférica, el más perfecto de los volúmenes, y este artefacto misterioso la adoptó ni se sabe cuándo, ni se sabe cómo. Sin embargo, su objetivo era sabido. Era uno de los más terribles propósitos, uno que era opuesto y definitivo para cualquier forma de vida, pero, al mismo tiempo, uno que suponía una medida constante para el universo. Se trataba de una esfera oscura, pulida y perfecta, desconocida a ojos humanos, que recorría los confines de la existencia, de un extremo a otro, con el único cometido de acabar con civilizaciones enteras.

jueves, 6 de agosto de 2015

En busca de la luz

Aliento escarchado de un ser hundido,

ser que se hunde, que se cae en sí mismo.

Burbujas que escapan de su dueño perdido,

que se hunde más, que se cae en su abismo.

jueves, 30 de julio de 2015

En busca de la oscuridad

Nada, nunca, nadie
Los días pasaban sin parar
Nada, nunca, nadie
Cada vez tenía más peso que cargar.

jueves, 23 de julio de 2015

jueves, 16 de julio de 2015

Diario (Sexta parte de siete)

Día 495.

El pequeño y contaminado Lewis ha cumplido con su parte del trato.

jueves, 9 de julio de 2015

Diario (Quinta parte de siete)

  Día 494 (todavía).

No he podido aguantarlo. Tenía que escribir esto ya. Sigo viva. Bueno, si es que a esto se le puede llamar vida. Antes abrí la compuerta exterior para descubrir quién era mi misterioso visitante. Se trataba del niño moribundo que me había encontrado en el camino del bosque. Al parecer, no estaba tan moribundo como había pensado, y siguió mi rastro hasta el refugio. Alguien ha enseñado bien a ese crío, no era fácil seguir mi rastro entre la niebla, la oscuridad y todo ese caos que ahora es el mundo. Ojalá también le hubiesen enseñado a mantener intacto su traje de protección.

jueves, 2 de julio de 2015

Diario (Cuarta parte de siete)

Día 494.

No he podido abrir la compuerta exterior. Bueno, en realidad, no he sido capaz de hacerlo. Los golpes que escuché anoche eran reales, como si alguien golpease la compuerta con un tubo de hierro para que lo dejara entrar en el refugio. Al principio eran golpes fuertes, tanto que el sonido iba desde la cámara hermética de salida, atravesaba la zona de purificación y el área de esparcimiento y llegaba hasta mí, tumbada sobre la litera. Desde entonces los golpes se han repetido a lo largo de todo el día de manera intermitente, pero tengo la impresión de que cada vez se vuelven más débiles, como si las fuerzas estuviesen abandonando a quien quiera que sea el que está ahí fuera. Ahora mismo es casi de madrugada y han pasado unos veinte minutos desde el último que escuché. Y ojalá no vuelva a escucharlos. Todas las veces que los escucho es como si una estaca de remordimiento se clavara en mi estómago. No sé si estoy haciendo lo correcto dejando la puerta cerrada, pero no quiero exponerme al veneno dejando entrar a cualquiera. Incluso a veces me sorprendo a mí misma deseando que el gas actúe deprisa y acabe con esa persona de fuera. ¿Eso me convierte en una mala persona?

jueves, 25 de junio de 2015

Diario (Tercera parte de siete)

Día 493.

Anoche no pude dormir. No podía dejar de darle vueltas a todo. El panorama de ahí fuera, cómo está todo ahora... No saber nada de Raquel... Y encima lo de ese crío que me encontré... Todo ello se estancó en un revoltijo recurrente de preocupación dentro de mi cabeza y no me dejó tranquila ni un segundo. Traté de calmarme tomándome una infusión a eso de las tres de la mañana, pero no me hizo gran cosa. Seguía pensando en el día negro con el que me había topado cuando salí, y en el niño moribundo tirado a un lado del camino. ¿De verdad que se ha acabado el mundo así...? ¿Soy acaso la única que queda sin contaminar?

jueves, 18 de junio de 2015

Diario (Segunda parte de siete)

Día 492.

Ojalá no hubiese salido hoy...

jueves, 11 de junio de 2015

Diario (Primera parte de siete)

Día 491.

Esta mañana me he sentido muy sola. ¿Cómo no? Echo de menos cómo era todo antes: las conversaciones, la compañía..., incluso las discusiones. Añoro la sensación de hablar con alguien y de que esa otra persona te escuche y te responda. E incluso el hecho de asomarte por la ventana y ver gente por la calle. Pero, por lo que parece, todo eso ya es cosa del pasado. De hecho, en este sótano, ni siquiera tengo ventanas por las que asomarme. Todo ha cambiado tanto en poco tiempo, y todo apunta a que va a ser así permanentemente. Aun así, sigo intentando contactar por radio con alguien, pero sigue sin haber nadie al otro lado. Tan solo interferencias y ruido. Me niego a creer que soy la única que queda y que solo tengo como compañía mi propio reflejo en el espejo del cuarto de baño. No puede ser así. Me niego a pensar que las explosiones acabaran con todo el mundo.

jueves, 4 de junio de 2015

Lo desconocido

Está en su dormitorio, tumbado boca arriba y en silencio, quieto y con la mirada clavada en ese punto diminuto que acaba de encontrar en el techo. Se fija en él y parpadea, el único movimiento que realiza su cuerpo en ese instante. Se pregunta qué será ese punto misterioso. A los pocos segundos, tiene la sensación de que el punto se mueve. Parpadea varias veces de nuevo e intenta fijarse mejor. El pequeño punto se desplaza despacio, de un modo casi imperceptible. Pero se mueve. Suspira profundamente y se deja llevar por la quietud del momento. Le da igual que ese punto fuese una hormiga o una araña, porque, en ese instante, en todo el universo, solo existe su conciencia alrededor de ese punto minúsculo y móvil.

jueves, 28 de mayo de 2015

490

Era lo único que recordaba: el número 490.

jueves, 21 de mayo de 2015

Monster Van

Felipe era un hombre tranquilo. A sus cuarenta y cinco años de edad, por fin gozaba de cierta estabilidad laboral. “Ya tocaba”, pensaba él, tras recordar cómo había estado dando tumbos de un trabajo miserable a otro durante toda su vida. Ahora, ya llevaba más de cinco años de encargado de limpieza en la cadena de tiendas de moda “Valentina”, y Felipe era feliz. No ganaba mucho, pero tampoco necesitaba mucho. Lo suficiente para pagar el alquiler de su piso medio vacío, y para mantener a su raquítico, desconsiderado y altivo gato pardo. Casi sin percatarse de ello, su vida se fue acomodando en una rutina que, lentamente, lo hizo olvidar esa desazón fruto del desconcierto de la vida.

Sin embargo, aquella mañana de martes algo descuadró su agenda: no encontraba la raqueta del limpiacristales, de modo que se dirigió al bazar chino más cercano y compró un juego completo de limpacristales para salir del paso aquel día. Mientras se dirigía de vuelta a la tienda con la bolsa de la compra realizada, alguien lo llamó desde un callejón:



¡Hey, amigo! ―lo llamó un hombre desde el final de aquella callejuela―. ¿Quieres ver un monstruo de verdad?

jueves, 14 de mayo de 2015

Dolor

Dale con el martillo ―le dijo Martin a su novia Bernadette, con una sonrisa de complicidad―. Tranquila, ten en cuenta que no está vivo ―le recordó al ver la cara de susto de ella sosteniendo el martillo en alto.

jueves, 7 de mayo de 2015

Primeras palabras

Como todas las mañanas, Dave se levantó como un resorte de la cama. Apresuradamente, y en silencio absoluto, metió los pies en las pantuflas de dinosaurio y comenzó a correr hacia el baño. Su frenética carrera de pasos estrepitosos era amortiguada por la mullida moqueta del pasillo, y sus zancadas retumbaron por toda la casa como aviso a sus padres de que el pequeño Dave ya estaba despierto. A continuación, el desconsiderado portazo los avisó también de que ya se estaba preparando para ir al colegio.

miércoles, 29 de abril de 2015

Historia para llevar

Caminaba al mismo tiempo que sostenía la hoja en su mano. Tenía algo de curiosidad por saber de qué trataba aquella historia escrita en una hoja de papel tan pequeña. A medida que iba leyendo, se fue percatando de que aquel relato trataba sobre sí mismo, y contaba cada acción que estaba sucediendo en aquel preciso momento. Justo entonces, casi como en un acto reflejo, volvió la mirada y sonrió en busca de la complicidad de alguien. Y, de repente, se paró a pensar. “Si esta historia trata sobre mí y sobre lo que hago justo ahora, quizás si salto al final y leo el último párrafo pueda predecir mi propio futuro”.

jueves, 23 de abril de 2015

Memoriam

[Nota del autor: Esta no es la historia que tenía pensada para esta semana. Pero cuando iba a ponerme a escribir, me puse a escuchar la canción "Memoriam", de "Russian Circles", y se me ocurrió esta otra historia, que tuve que escribir sobre la marcha.]


Está en lo alto del acantilado y observa el mar oscuro abajo. Las aguas alborotadas destellan con el brillo pálido de la luna llena y él se deja acariciar por el viento que se apresura en las alturas del cielo de la noche clara. La busca, la ve, la contempla en el agua. Sus ojos desesperados y solitarios comienzan a agitarse nerviosos al tiempo que unen entre sí los destellos sobre la superficie del mar. Y allí aparece su rostro, su hermoso rostro. La cara de la chica que lo enamoró, dibujado sobre el mar iluminado de noche con los brillos de la luna.

jueves, 16 de abril de 2015

La dama del cementerio

[Cuento escrito en colaboración  con Casiopea Shine]
Hace tiempo, vivió una joven chica en un país lejano del que ya nadie recuerda el nombre. Ella se enamoró de un cazador muy guapo. Ellos fueron felices durante cinco años, pero, un día, el cazador se acostó con una mesonera y rompió el corazón de la joven chica. La pobre muchacha se encerró en la casa sin querer salir. Su vida, poco a poco, se fue apagando hasta que, al final, ella murió.

jueves, 9 de abril de 2015

Nota del autor: ¡Hola!

¡Muy buenas a todos!

Me imagino que alguno se habrá dado cuenta de que la semana pasada no subí contenido nuevo al blog. El motivo fue que me tomé unas improvisadas vacaciones de Semana Santa. Así que, para compensar, esta semana subo una nueva "Imagen con latido", que sirve como adelanto de la historia de la semana que viene.

¡Un abrazo para todos! ¡Y muchas gracias por estar ahí!

Aio

Imagen con latido (92): La dama del cementerio


Boda de ladrones (Quinta parte de cinco)

La silueta de Kayra se alzaba esbelta en la esquina de la alta azotea. Erguida y con la cabeza en alto, se bajó la capucha y dejó que el viento de la madrugada removiera su melena negra. Permanecía quieta y sin ni siquiera alterarse lo más mínimo por la terrible caída que se abría a unos escasos milímetro de la punta de su calzado. Tomó aire y movió la cabeza, en un intento vano de colocarse las cervicales, pero su mirada se mantuvo fija en las alturas, hacia el frío brillo de la luna que se reflejaba en sus ojos llorosos.

jueves, 26 de marzo de 2015

Boda de ladrones (Cuarta parte de cinco)

¿Por qué haces esto?”, oyó decir Hanzo. Este frunció el ceño y dejó de apartar la tierra sobre la tapa del ataúd de madera sobre el que estaba de rodillas. Alzó la mirada hacia lo alto y vio a Kayra de pie al borde de la zanja que él acababa de cavar en la húmeda tierra del cementerio. La joven lo miraba en silencio, con la pala del enterrador apoyada sobre el hombro derecho.

jueves, 19 de marzo de 2015

Boda de ladrones (Tercera parte de cinco)

La pareja de ladrones se deslizó sigilosamente por la cuerda hasta que las suelas acolchadas se encontraron con las húmedas briznas de hierba ocultas bajo la bruma del siniestro lugar. Kayra desenganchó la cuerda de lo alto del muro y cogió el gancho al vuelo en su caída. La chica se movía rápido y en silencio, con su esbelto cuerpo bajo la tela negra que la ocultaba en las sombras como si se tratara de una proyección fuera de todo tiempo y espacio. Hanzo se arrodilló tras la primera piedra que encontró, sintió la piedra fría humedeciéndole las puntas de los dedos que sobresalían de sus mitones. El tacto le erizó la piel, y poco tardó en bajar la mirada y toparse con el nombre inscrito en la superficie. Se había escondido tras una tumba, y, más allá, era lo único que podía ver: un ejército de lápidas torcidas sobresaliendo de un mar de niebla baja. Hanzo apretó los dientes y frunció el ceño. Todavía no terminaba de entender cómo Kayra lo había convencido de hacer algo que en realidad no deseaba.

jueves, 12 de marzo de 2015

Boda de ladrones (Segunda parte de cinco)

Hanzo no supo cómo reaccionar. ¿Kayra lo estaba diciendo en serio? ¿De verdad quería casarse con él?

jueves, 5 de marzo de 2015

Boda de ladrones (Primera parte de cinco)

La noche era plateada y serena. La luna llena iluminaba con tal intensidad que parecía querer rivalizar con la luz de su hermano sol. Allá arriba, desde su reino estrellado de las alturas, el satélite nocturno había sido testigo ruborizado del éxtasis amoroso de aquella pareja, oculta a plena vista en una azotea cualquiera de la aldea; entre tejados de tejas y gatos furtivos, pero lejos de los ojos indiscretos del pueblo durmiente. Ambos amantes estaban acostados bajo la manta y, a un lado de ellos y apoyados en el muro, estaban sus pertrechos: ropas oscuras con capucha, guantes, cuerdas, ballestas, ganchos... Nada de aquello había hecho falta para librar la dulce batalla que acababan de terminar. Yacían boca arriba, mientras él deslizaba sus dedos bailarines sobre la erizada piel del hombro de ella. Con la mirada perdida en la multitud de estrellas, los dos guardaron silencio, disfrutando de la quietud de la noche, y del poderoso latir de ambos corazones, extenuados tras haberse regalado con pasión caricias, besos, y algunos placenteros arañazos.

jueves, 26 de febrero de 2015

Viento

¿De dónde ha salido toda esa sangre?



Aunque el vaivén de la luz de la sirena iluminaba los árboles de los lados de la carretera de montaña, en el interior del vehículo tan solo alumbraba el débil bombillo de la luz del techo. Desde el asiento trasero del coche patrulla, el detenido esposado miraba a través del espejo retrovisor a su interrogador. Su mirada era tímida y fija, estática por debajo de las cejas empapadas de sangre. Aquellos ojos celestes del muchacho desprendían una inocencia inusitada para alguien con multitud de lamparones de sangre en cada centímetro de su ropa, empapada por doquier de un color rojo oscuro, ya casi marrón. El joven dejó que pasaran los segundos y se limitó a seguir guardando silencio y a continuar observando al agente por el espejo.

jueves, 19 de febrero de 2015

Mi castillo

Mi castillo está indefenso y manchado de sangre. Mi castillo está sólo en una llanura inabarcable. Y yo me encuentro en medio de dos infinitos, entre la nada de un yo que no se encuentra y mi castillo destartalado. Sentado con las piernas cruzadas, lo contemplo desde la distancia. Destrozado, humeante, roto y partido. Me gusta mi castillo, me gusta cómo lo has dejado.

jueves, 12 de febrero de 2015

Grietas en el cielo (Tercera parte de tres)

No es buena idea subir”, le confesó Sonia, dejando lentamente atrás la sonrisa de alegría que había lucido segundos antes. De ella solo quedó un tenue brillo de alegría en los ojos, que contrastaba con la mueca indecisa de una boca que no sabía como interpretar la mirada fija de Atelier en la azotea del edificio. Allí arriba, la grieta del cielo derribada parecía derretirse y verter su vacío líquido sobre lo alto del rascacielos en ruinas.

jueves, 5 de febrero de 2015

Grietas en el cielo (Segunda parte de tres)

No debió haber venido”, pensó Atelier, todavía a cubierto tras el muro mohoso y con la mirada fija hacia el lado contrario al de Sonia. Estaba convencido de que su carga de responsabilidad de aquella mañana se había duplicado, ya que ahora Atelier no solo tenía que llevar a cabo el ataque con éxito, sino que además tenía que preocuparse de que no mataran a la novia de su amigo Eric.

jueves, 29 de enero de 2015

Grietas en el cielo (Primera parte de tres)

El lanzacohetes que portaba a la espalda pesaba más de lo que había pensado en un principio, y ya no quedaba rastro alguno de la terrible sensación de extrañeza cuando se vio forzado a sujetar un arma por primera vez. Dicha sensación de peligro había quedado muy atrás, dando paso a una terrible familiaridad hacia aquellos instrumentos de muerte que Atelier se veía forzado a usar día tras día. El plan de aquella jornada era claro: el lanzacohetes resultaba fundamental para tratar de asestar el primer golpe al enemigo.

jueves, 22 de enero de 2015

Flora (Tercera parte de tres)

Flora sacó una bolsa de plástico del bolso. Era pequeña y con cierre hermético. El padre de la muchacha entornó los ojos, tratando de identificar aquellos pequeños puntos verdosos que se encontraban en el interior.

jueves, 15 de enero de 2015

Flora (Segunda parte de tres)

Su padre, incrédulo ante lo que acababa de escuchar, se separó lentamente en el abrazo a su hija y la miró a través de sus lágrimas con gesto de incomprensión.

¿Cómo que has encontrado a “otro como tú”?

jueves, 8 de enero de 2015

Nota del autor: Imágenes con latido

¡Muy buenas a todos!

Aquí estoy de vuelta con más historias que contar. Sin embargo, quería anunciar que la sección de "Imágenes con latido" va a perder su frecuencia de una a la semana. Mi plan es llegar a las cien imágenes, de modo que las que faltan irán llegando a medida que las vaya terminando.

En cuanto a las historias, mantendré la rutina de una a la semana cada jueves. Hoy tenéis la primera parte de "Flora". Espero que os guste.

¡Muchas gracias a todos!

Aio


Flora (Primera parte de tres)

El anciano abrió la puerta todo lo rápido que le permitió la mano que no apoyaba en el bastón. A través de la mosquitera de la puerta abatible, se conmovió al contemplar el rostro angelical de su hija, que en aquel momento le regalaba una de las sonrisas más hermosas que el viejo había visto en toda su larga y sacrificada vida. Ya habían pasado casi veinte años desde la última vez que sus ojos habían podido deleitarse con la dulce sonrisa de su querida hija. Y ahora estaba justo allí, delante de él, de vuelta en la granja de su padre.