Día 3, jueves, 10 de mayo del
2035.
Signos vitales:
Temperatura: 37,3ºC.
Pulso: 104.
Presión arterial: 138 / 86.
Hoy no me encuentro demasiado
bien. Me siento nervioso y noto como un nudo amargo en la boca del
estómago. No sé por qué, pero cuanto más pienso en ello, peor me
encuentro. Anoche apenas pude dormir. Me pasé todo el rato dando
vueltas en la cama. Me revolvía entre las sábanas sin encontrar una
posición en la que me encontrase cómodo. Y cada vez que cerraba los
ojos, una oleada de pensamientos y recuerdos me asediaban uno tras
otro y no me dejaba desconectar la cabeza. El tiempo pasaba y la
noche avanzaba, y cada vez que miraba el reloj en mi móvil más
cerca se encontraba el amanecer, y yo sin pegar ojo. Me puse la tele
a ver la teletienda, me hice una tila, me puse a leer los apuntes de
esas oposiciones a las que nunca me presentaré, pero nada de nada.
El sueño parecía haberse olvidado de mí anoche y me quedé en vela
hasta que el tono negro de la ventana se fue volviendo azul marino
conforme se acercaba el amanecer. Y yo sentado en la cama revuelta
con la cabeza apoyada en mis manos, roto de cansancio pero incapaz de
dormir.
¿Está empezando a afectarme la
imagen de la prueba? Porque esto no me había pasado nunca antes. Y
empiezo a plantearme que esa dichosa imagen está comenzando a
hacerme algo que no sé qué es. Pero lo extraño es que no recuerdo
la imagen. Intento recordar su aspecto, pero no puedo. Es como si mi
mente me protegiese de recuperar esa imagen. Pero está ahí, dentro
en alguna parte de mi ser, oculta pero dañina, como un insecto
venenoso que se mete bajo la piel y te va corrompiendo por dentro. Y
cuanto más pienso en ello, más nervioso me pongo, y peor me
encuentro. Y luego está lo de esos golpes...
Empezaron esta mañana, mientras
me preparaba las tostadas para el desayuno. Eran unos golpes sordos y
rítmico. Dos, para ser exacto. Con una frecuencia de uno por
segundo. Pum... Pum... Y luego para, hasta que pasen unos cinco o
siete segundos. Luego se repite. Pum... Pum... Y así todo el rato,
todo el día. Todavía los escucho. Casi que hasta puedo sentirlos,
detrás de mis tímpanos. No sé si están dentro de mi cabeza.
Intenté incluso grabarlos con la grabadora, pero el aparato no los
registró. Llegué incluso a hablar con el vecino por si era él el
que hacía los ruidos. Pero lo único que hizo fue mirarme con cara
rara y cerrar la puerta en mis narices. Intenté ignorarlo, pero es
imposible. Ese puto ruido todo el rato me está desquiciando e
incluso me quitó el apetito. No he comido nada en todo el día. Y ni
siquiera he salido de mi casa...
Hubo un momento en el que traté
de salir un rato y tomar un poco de aire, pero, justo cuando posé la
mano en el pomo, a mi cabeza llegaron un montón de ideas pesimistas.
Empecé a pensar que me iba a atropellar un coche, o que el camarero
del bar de ayer iba a encontrarse conmigo y me iba a dar una paliza,
o que me iba a encontrara con Cassie y se iba a reír de mí... Y
todas esas ideas llegaban al ritmo de los golpes sordos. Pum...
Pum... Asediándome con angustia y preocupación que me fueron
dejando sin aliento hasta doblar mis rodillas y quedar tirado a los
pies de una puerta que no fui capaz de abrir.
Fui a la cama para tumbarme y
esperar a que se me pasara. Y así me pasé todo el día de hoy,
tumbado y sin hacer nada. Se me pasó por la cabeza llamar a mi
hermano, pero no quería preocuparle. Además, no se me permite
hablar sobre mi estado con nadie durante el periodo de observación
del experimento, ni siquiera con un médico. Tengo que cumplir con
los requisitos, o no me pagarán. Aunque, si los demás días que
quedan son como hoy, que le den al dinero. No quiero volver a
sentirme como hoy.
Ahora ya son las diez de la noche
y me encuentro algo mejor, aunque los ruidos siguen ahí, no han
parado en todo el día. No sé si los escucho solo yo o qué pasa. Me
encuentro algo nervioso y con algo de fiebre, pero lo puedo soportar.
Mi plan es ver cómo paso esta noche. Y si vuelve a ser como la
anterior, pues entonces... No sé... Necesito el dinero... Ya veré
mañana.
Hasta mañana, grabadora. Espero
estar mejor cuando salga el sol.
¡Hola Aio!
ResponderEliminarEspero que estés un poquito más animado. Ya sé que debe ser difícil, pero bueno, como mínimo un poquito.
La historia está que deja sin respiración. ¿De verdad una simple imagen puede dejarte en un estado de tensión semejante? La idea es terrorífica... Y lo de los golpes... puff... Se me ponen los pelos de punta!
Muy bien narrado, como suele ser habitual ^^ Y con acierto, porque muestras muy bien cómo se siente el sujeto de prueba, su angustia y su desconcierto.
Bueno, pues hasta la próxima entonces :) ¡¡Un besazo!! Y lo dicho, todos los ánimos del mundo ;)
Muchísimas gracias, de verdad. Te lo agradezco mucho. La verdad es que estoy deseando terminar con esta historia y pasar a la siguiente. Me alegra que te esté gustando. :)
EliminarUn abrazo fortísimo. ¡Nos seguimos leyendo!