jueves, 6 de agosto de 2015

En busca de la luz

Aliento escarchado de un ser hundido,

ser que se hunde, que se cae en sí mismo.

Burbujas que escapan de su dueño perdido,

que se hunde más, que se cae en su abismo.


Danzas fortuitas y despavoridas

ascienden hacia el cielo desde su boca.

Huyen del dolor de las heridas

en busca de la promesa que las convoca.



Ánimo le falta, entonces lucha,

la voluntad le flaquea, y resiste.

Guiado por la llamada que escucha

olvida el día que despareciste.



La superficie se rompe con su presencia,

su soledad quiebre la quietud,

ojos que solo encuentran ausencia,

piel que no siente ninguna luz.



El aire es seco y fresco arriba,

el oxígeno hincha su pecho desbocado.

No hay nadie adónde él iba,

isla solo en horizonte lejano.



Una isla y una montaña lejanas

y él en medio del mar la explanada.

Repiqueteo de una sorda campana,

hacia la luz de la cumbre él nada.



Pensaba que avanzaba, pero huía,

sediento de tardía salvación.

El agua salada le escocía,

minaba las esperanzas de su cansado corazón.



Nadaba para alejarse de sí,

surcaba el agua y la descosía

para olvidar lo que lo anclaba allí,

para olvidar lo que le hacía sufrir.



Ardua y dolorosa travesía,

dio con lo que quedaba de él en la orilla.

Olas lo zarandeaban sin cortesía

para despertarlo a los pies de la luz que brilla.



Sabor salado y arena crujiente,

dolor en el costado que va de lado a lado,

con apenas fuerzas aprieta los dientes,

y empieza a subir por la empinada pendiente.



Arriba la luz lo ilumina,

arriba su voz invenciones le promete,

con susurros de porvenir él camina,

con sueños de loco se compromete.



La sangre marcaba su ascenso,

el camino afilado y tortuoso no lo detiene.

Abajo, el vértigo intenso,

arriba la tortura que aún no viene.



Y subía, sin descanso, subía

y metro a metro del suelo se alejó.

Unas veces al amparo de la luz dormía,

otras veces a la sombra se quedó.



Ya no recordaba el sabor del mar,

se esfumó el recuerdo de la profundidad.

Su meta estaba arriba y no podía parar,

la luz brillaba en medio de su oscuridad.



Por el camino con la vejez se topó

y se volvió torpe y pesado, harto y cansado.

El doble le costaba dar cada paso que dio,

el doble le costaba, pero al final subió.



Cumbre nevada y airada,

rocas afiladas y escarpadas,

el viento la nieve agitaba,

su silbido entre las grietas silbaba.



El sol desde el oeste iluminaba

la nieve que con sus pies destrozados pisaba.

El reflejo por momentos lo cegaba,

por fin encontró la luz que lo guiaba.



Nadie compartió su descubrimiento,

nadie lo recompensó por su esfuerzo.

Seguía solo con su tormento,

seguía solo igual que al comienzo.



De repente, algo escuchó,

la nieve en la otra punta se agitó.

Un cuerpo por el borde de la cima asomó

y los vendajes del nuevo viajero sacudió.



Momia andante, y ojos apagados

y su capa arremolinada a un costado.

Herido y cansado de pie se quedó

sorprendido y helado, a él lo miró.



Compartieron ambos de arriba la luz

ambos supieron que en la cima no se hallaba la quietud,

rendidos, perdidos y desorientados,

miraron en la compañía del otro el brillo deseado.



En soledad, los dos, y en compañía,

nada más que contemplaron el atardecer desde la altura y la lejanía.

2 comentarios:

  1. Wow... Me he quedado muda. Has hecho que me estremezca con esta historia. Triste, muy triste. Tanto, que casi me haces llorar. Soledad. Qué palabra más dura y cruel, ¿verdad? Aunque al final encontró compañía :)

    Un gran poema. Eres un escritor como la copa de un pino, Aio. Me alegro de que nos regales tus letras :) Gracias.

    Un mega abrazo como disculpa por no haberme pasado antes ^^
    ¡Besos! Y feliz semana :D

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    1. ¡Hola, Carmen!

      Bueno, hoy te doy las gracias a ti, porque a mí me encantan también tus historias, y te agradezco que también las compartas en tu blog. Gracias también por lo de "escritor como la copa de un pino". Eso me ha llegado, pero no es para tanto. Espero hacerlo mejor cada semana, y que os guste lo que cuento.

      ¡Un abrazo fuerte! ¡Nos seguimos leyendo! :)

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