Día 0, lunes, 7 de mayo del
2035.
Signos vitales:
Temperatura: 35,7 ºC.
Pulso: 85.
Presión arterial: 117 / 75.
Vale... Gracias. Un miembro del
equipo me ha medido las constantes vitales y acaba de darme esta
grabadora. Supongo que ahora tengo que seguir grabando cómo me voy
encontrando a lo largo del experimento. Aquí me han dado también
una hoja que pone lo que tengo que decir... Joder, esto se me da
fatal. Y encima odio escuchar mi voz cuando la graban. En fin...
Vale, tengo que presentarme primero. Eso es fácil. Me llamo Fabio
Dolmec, tengo treinta y siete años, vivo aquí, en Soreentia
capital, y actualmente me encuentro desempleado. Por eso me presto a
este tipo de pruebas en las que juguetean un poco con la mente de..
Espera, alguien entra... ¿Qué? Sí, ya lo estoy grabando, justo
ahora. Sí, descuide. Me lo estoy tomando en serio. Vale. Sí. No hay
problema.
Bueno, al parecer el tío de
antes me estaba escuchando y quiere que sea más... riguroso y menos
informal. Lo intentaré. Ellos son los que pagan, al fin y al cabo. A
ver qué más pone en el papel este. Vale, tengo que decir mi
orientación sexual, es decir, heterosexual no practicante... Vale,
tengo que tomármelo en serio, lo siento. Soy heterosexual,
actualmente no tengo pareja y hará cosa de año y medio que no tengo
relaciones sexuales... con otra persona. Y... ya está. Ya he dicho
toda la información personal que me piden. Ahora aquí pone que
tengo que decir dónde estoy, en qué momento del experimento me
encuentro y describir mi estado emocional y físico.
En fin, ahí va. Primero, decir
que estoy en las instalaciones de los laboratorios Bellum de
Soreentia. ¿Por qué? Pues porque me he prestado voluntario para un
experimento psicológico. El anuncio ponía que iba sobre el
comportamiento humano. No es la primera vez que me presto voluntario
para unos experimentos. Normalmente, te cogen y te atan con
electrodos a una máquina mientras te enseñan un vídeo de sexo o de
violencia, u otras veces te dan una pastilla y te piden que rellenes
un test o hagas un rompecabezas. Lo típico. Pero esta vez es
distinto. Me han dicho que no van a hacer nada de eso. Todavía no me
han dicho de qué va todo esto, únicamente me han hecho firmar una
pila de documentos que dicen que me presento voluntario y que libran
a la empresa de cualquier responsabilidad legal en el caso de que
algo salga mal. La verdad es que es la primera vez que me hacen
firmar tantos papeles, pero también será la primera vez que me
paguen dos mil pavos por una semana de pruebas.
¿Qué más? Ah, sí, en qué
momento del experimento me encuentro. Pues, todavía no ha empezado.
Estoy sentado en una sala vacía, que se parece a la típica sala de
interrogatorios de las comisarías de las pelis. Hay hasta un espejo
y todo. Seguro que es uno de esos falsos espejos, y hay cámaras
grabando desde el otro lado. Ahora estoy solo aquí, aunque se oyen
pasos rápidos que van y vienen por el pasillo de fuera. Entre eso y
lo de hablar en voz alta con una grabadora hacen que todo sea...
raro.
Lo que me lleva al último punto
de mi monólogo. Cómo estoy y cómo me siento. Físicamente, estoy
bien. Hace una semana estaba un poco acatarrado, pero ya me he
recuperado. Sin embargo, empiezo a sentirme incómodo aquí. Lo de
firmar todos esos documentos, con tantos párrafos de palabrería
legal incomprensible, y lo de estar hablando ahora a solas en voz
alta me han puesto un poco nervioso. Probablemente mis pulsaciones
hayan aumentado algo en este rato. Además, la espera y no saber de
qué va exactamente todo esto no me ayudan a tranquilizarme. Creo que
me calmaré un poco cuando termine de grabar y me someta al dichoso
experimento de una vez por todas.
En fin, me han dicho que el
seguimiento durará toda una semana, aproximadamente. Pero no hace
falta que me quede en el laboratorio. Puedo hacer vida normal, ya que
la prueba en sí se llevará a cabo aquí hoy, según termine de
grabar esto. Y los efectos de la prueba se comprobarán a lo largo de
esa semana que pase luego. Además, durante esa semana, debo hacer
una grabación cada día antes de acostarme. Así que supongo que la
siguiente la haré mañana por la noche. Y ya podré contar de qué
va todo esto y cómo me siento. En fin, vamos a por ello. Dentro de
una semana seré dos mil pavos más rico.
Hasta mañana, amiguita
grabadora.
¡Hola Aio!
ResponderEliminarAntes de nada, disculparme por la tardanza en pasarme por aquí. La verdad es que me faltan horas a lo largo del día, y digamos que mi situación personal tampoco ayuda jeje
¡Qué comienzo! Me ha encantado. Dejas al lector con todas las expectativas a flor de piel ^^ Un experimento fuera de lo normal, un tipo que parece normal y que se presta a ello por el dinero... En fin, una historia cuyo comienzo ¡ya promete! Me ha gustado mucho tu forma de narrarlo. El tipo me cae bien.
Y como la parte dos ya está, pero ahora no me da tiempo leerla porque me he de ir, luego después a ver si la puedo continuar. ¡Enhorabuena, escritorazo! ^^ Un besazo bien grande :D ¡Ah! Espero que el temporal que ha azotado las islas no os hayan afectado demasiado. Para que luego digan que el cambio climático es un cuento... En fin, ya se lo encontrarán :( ¡Hasta luego, Aio!
¡Hola, Carmen!
EliminarDe nuevo, muchísimas gracias por tus palabras. Leer tus comentarios animan a seguir adelante.
Espero que las próximas partes de la historia también te gusten, y no te preocupes si no puedes leerlas. La verdad es que últimamente yo tampoco dispongo de demasiado tiempo. Y tengo muchas ganas de ponerme al día con las historias de tu blog.
¡Un abrazo bien fuerte para ti! ¡Nos seguimos leyendo! Muchos besos.