miércoles, 29 de mayo de 2013

Imagen con latido (13): Tormento


Hora de dormir

Llovía como si la creación entera fuese a morir ahogada por el llanto desconsolado de los nubarrones escondidos en el cielo nocturno. Claudia se acercó al cristal y contempló cómo se empezaban a formar charcos en la acera. Las grandes gotas de lluvia caían una detrás de otra, salpicando agua por todas partes. Ya era de madrugada, y no se veía a nadie en la calle. El lugar estaba desierto y húmedo, frío y mojado. Solo había lluvia helada, luces parpadeantes de farolas y ruido constante de chapoteo incontrolable.

jueves, 23 de mayo de 2013

Imagen con latido (12): Baila, pequeña diosa de hojalata


Las cuatro insidiosas: Muerte

Esos ojos... Esos macabros ojos negros... No me los quita de encima ni un segundo. ¿Os habéis fijado?

jueves, 16 de mayo de 2013

Imagen con latido (11): Boceto de la cuarta insidiosa


Por favor

Por favor, sácame de aquí. Por favor, sácame de aquí. Por favor, llévame lejos, donde deje de sangrar, donde deje de llorar, donde deje de recordar. El aire me asfixia, no respiro. ¿Por qué? Los demás me miran y no comprenden. Me oyen y se aburren. Me preguntan y se cansan. Nadie comparte mi carga incomprensible. Nadie comprende mi puzle y continúa desarmado. Demasiadas piezas, demasiado diferentes. Formas imposibles. No encajan, no hay figura, no hay forma, no hay contenido, no hay fin. Solo piezas que no dejan de venir y que no encajan. Lluvia de pedazos de una vida que no conduce a ninguna parte. Una carretera cortada por una abrupta sima de insondable oscuridad. Caigo. Agito los brazos y nadie me tiende la mano, no la mano que necesito. Se cansan, se aburren, no me entienden, no me ayudan. Solo, caigo y me regodeo en mi caída, en mi soledad, en mi dolor. ¿Soy especial porque sufro? Mentira. ¿Soy raro porque aún me duele? ¿Soy iluso porque siento lo que no sienten, no entienden, no comprenden, se aburren, se cansan, me dejan?

jueves, 9 de mayo de 2013

Imagen con latido (10): Alicia


Las cuatro insidiosas: Rabia

—Otra vez esos ojos... esos horribles ojos rojos mirándome fijamente.



Vale... —dijo Lena, resignada. Luego, suspiró, colocó la mano en la rodilla de su hermana y asintió con la cabeza mientras apretaba los dientes—. Entonces, resulta que esa niña que ves también tiene los ojos rojos, ¿no?

jueves, 2 de mayo de 2013

Imagen con latido (9): Canción de sirena


Las cuatro insidiosas: Calamidad

“Otra vez esos ojos... esos extraños ojos amarillos mirándome fijamente”. Denisse se acomodó en el asiento de plástico y dejó de mirar a aquella niña de mirada áurea, sentada justo enfrente de ella. Bajó la mirada al suelo y deseó con todas sus fuerzas que los otros tres chicos que estaban en la sala de espera no se hubieran dado cuenta de que había estado mirando fijamente a una silla. Para ellos, el asiento en cuestión estaba vacío, pero, para los ojos de Denisse, estaba ocupado por una chiquilla que no le quitaba los ojos de encima.