jueves, 22 de enero de 2015

Flora (Tercera parte de tres)

Flora sacó una bolsa de plástico del bolso. Era pequeña y con cierre hermético. El padre de la muchacha entornó los ojos, tratando de identificar aquellos pequeños puntos verdosos que se encontraban en el interior.


¿Qué es eso…? preguntó, un poco desconcertado.



La joven sacudió la bolsa entre sus dedos y luego la depositó en la curtida palma de la mano de su padre. Este acercó la bolsa a sus ojos y entonces pudo distinguir siete semillas verdes que, sueltas, parecían danzar dentro del plástico.



Pero si solo son semillas replicó, decepcionado de tan solo haber encontrado unos objetos tan vanales. Aunque lo cierto era que no llegó nunca a reconocer de qué tipo de semillas se trataba. ¿Y este es el regalo que te ha dado esa madre Tierra?



Flora reconoció un tono de suave reproche en las palabras del anciano. Apretó los labios y se dejó caer en su asiento hasta apoyar la espalda en el respaldo.



No me cree, ¿verdad, padre?



Pero, hija… Me alegro enormemente de verte de nuevo. Hoy me has hecho uno de los hombres más felices de este desdichado planeta, pero… dudó. Por lo que me has contado, temo por ti, hija mía. Esas historias de Aidan de que hablas con la Tierra…



Padre…



No, Flora. Creo que ese tal Aidan te está llenando la cabeza de pájaros. No creo que sea alguien positivo para alguien como tú. ¿Cómo esperas que tome en serio a alguien que te convence de que has hablado con la Tierra…? Es… simplemente es…



Padre, fuiste tú mismo quien me encontró brotando de la tierra como si de pequeño y débil arbusto se tratase. Fuiste tú quien consoló mis lágrimas verdes cuando lloraba por las noches. Fuiste tú quien ocultaba mis heridas con vendas para que nadie se percatase de que mi sangre no era roja. ¿Y ahora te extraña que entre en contacto con el ser que me ha dado la vida misma?



No me malinterpretes, Flora. Por favor. No dudo de ti. Dudo de las intenciones de ese novio tuyo.



Está aquí, padre interrumpió ella. Aidan ha venido conmigo. Está en la entrada del camino de tierra, esperando en el coche a que le diga tu respuesta.

El anciano no supo qué decir. En su corazón, sintió un vuelco. Estaba asustado, sus articulaciones estaban desgastadas y sus músculos habían perdido el vigor de antaño. Ansiaba hacer frente a Aidan, pero temía que ya apenas podría hacer otra cosa que no fuese gritarle o mirarlo con un marcado gesto de desaprobación.



¿Mi respuesta? quiso saber él. ¿Mi respuesta a qué?



Flora suspiró profundamente y cogió la bolsa con las semillas de la mano de su padre. La sostuvo en alto para que su padre la viera.



Este es el futuro, padre. Madre Gaia nos ha regalado una segunda oportunidad.



El padre negó con la cabeza.



No entiendo, Flora…

Gaia habla claro, pero casi nadie la escucha. Su mensaje es poderoso, pero para la humanidad se diluye en las corrientes del viento. Pero en este momento, por fin, su determinación es clara, y ha puesto en marcha su plan conmigo y con Aidan. Con nosotros dos. Somos los nuevos Adán y Eva, padre. Aidan y yo. Nosotros juntos seremos los padres de una nueva era que traerá de nuevo el equilibrio de vuelta al planeta. ¿Te imaginas? No más contaminación, no más calles asfaltadas, no más prisas, ni más malas caras o edificios de cemento. Un nuevo comienzo con tan solo naturaleza y vida. Mires por dónde mires, todo será equilibrio, armonía y paz. Nada de ambiciones ni abusos de poder. Todo verdor y la presencia de nuestra madre Gaia acaparándolo todo.



Sigo sin comprenderte, hija…



Pues usted juega un papel fundamental en el plan, padre volvió a sacudir la bolsita en el aire. Aidan y yo no podremos con todo solos. Necesitamos a nuestros hermanos y hermanas la bolsita con semillas de pronto cobró sentido para su padre. Y por eso hemos venido a tu granja, padre… Aidan y yo. Necesitamos plantar en tus tierras, las mismas tierras que me dieron a luz. Así, Aidan, yo y nuestros hermanos y hermanas podremos recoger dentro de poco la cosecha de una nueva era de esperanza.

2 comentarios:

  1. ¡Vaya! Así que son ni más ni menos, que los nuevos Adan y Eva. Lo que me queda la duda de saber cómo conseguirán crear ese magnífico mundo. Me encanta la idea de un mundo verde como el que Flora relata, pero... ¿y la humanidad? ¿Seguirá existiendo? Mmmm... ¡Me has dejado con más dudas! jejeje
    Un gran relato, Aio ^^
    ¡Besos y hasta la próxima historia! ;)

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    1. Muy buenas preguntas, Carmen. Supongo que no hay lugar para la humanidad en el plan de Flora y Aidan. ^^

      Muchísimas gracias por tu comentario. Los valoro enormemente y me animan a seguir.

      ¡Muchos besos y te seguiré leyendo!

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