Día 495.
El pequeño y contaminado Lewis
ha cumplido con su parte del trato.
Raquel está muerta. La encontró
en el sótano de su casa, acurrucada y seca en una esquina, me
imagino que para protegerse de la lluvia de bombas de aquel día. Al
parecer, logró sobrevivir a las explosiones, pero no al gas que vino
después. Si tan solo me hubiese hecho caso y se hubiese mudado aquí
cuando se lo propuse... En cualquier caso, ya no hay vuelta de hoja.
O al menos eso fue lo que me contó Lewis por el walkie. Al principio
me negué a creerlo. Pensaba que era todo una cruel mentira suya para
zanjar el asunto de Raquel y permitirle así entrar en mi refugio.
Pero cuando le pedí que me describiera sus pendientes, este
describió sus formas plateadas con todo detalle. Sin duda, Lewis
estaba ante el cuerpo de Raquel, y aquellos eran los pendientes que
le había regalado y que nunca se quitaba.
Entonces supe al instante que
Lewis no estaba mintiendo, y que mi amiga Raquel estaba muerta de
verdad. No sé qué esperaba, en realidad. Después de tanto tiempo,
era lo más probable. Pero es extraño ponerlo por escrito... Es como
la prueba definitiva de que ya no se puede volver atrás, de que ya
no volveré a pasar una tarde conversando con ella... Hace que me
cuestione si de verdad merecerá la pena sobrevivir. ¿Con qué me
voy a encontrar cuando la nube de gas se disipe? ¿Con una amiga
muerta fuera y un niño muerto en la cámara de cuarentena? Ahora
mismo me parece que nada merece la pena y no tengo ni idea de qué
hacer. Estoy harta de esperar aquí encerrada. Y cuando todo acabe,
dejaré de estar encerrada aquí, pero estaré sola fuera. Ni
siquiera sé si queda alguien sin contaminar ahí. Todo esto es... Es
una mierda.
De modo que me he sentado en el
comedor, he dejado divagar mi mente y he buceado en mi interior en
busca de algún atisbo de esperanza. Y lo he encontrado. Se llama
Lewis. Ese pequeño me ha demostrado que también quiere sobrevivir,
y se merece una segunda oportunidad. Quizás, con un poco de suerte,
él pueda sobrevivir lo suficiente en cuarentena como para que reciba
ayuda médica especializada. Hasta entonces, velaré por él para que
viva todo el tiempo posible, racionaré las provisiones e incluso
dejaré de comer para que él tenga una oportunidad. Ya no me
importo. El mundo no merece la pena si no ayudamos a los demás.
Incluso puede que sea agradable
tenerlo aquí. Podremos conversar de vez en cuando, a través de la
puerta de contención. Aunque intentaré no cogerle demasiado
cariño...
En fin, comienza una nueva etapa
en este refugio, pero al menos ya no estaré sola durante un tiempo,
e intentaré ayudar a Lewis para que sobreviva. De hecho, está
tardando en volver, y estoy deseando que llegue. Ese pobre chaval lo
ha debido de pasar muy mal, y yo me he aprovechado de él. Pero
rectificaré mi error con creces.
Al fin y al cabo, si no nos
protegemos unos a otros, el mundo pierde su valor. Este será el
primer ladrillo que pondré en la construcción de un mundo nuevo y
mejor. Y su nombre es Lewis.
Oigo golpes en la compuerta
exterior. Me aseguraré llamándole al walkie. Si es él, voy a por
mi traje, y voy a abrir... Debe de ser él.
Hasta mañana, diario.
¡Hola Aio!
ResponderEliminarQué penita... Raquel ha muerto... Aunque, como bien dice tu protagonista, era lo más probable.
Me alegro de que haya dejado el egoísmo de lado. En momentos así es cuando se ha de dar todo por intentar ayudarnos unos a otros, verdad? Si no, ¿qué clase de seres humanos seríamos? Ahora sólo espero que Lewis sobreviva, ni que sea lo justo para poder ser feliz unos días :)
Un gran capítulo. Se me ha hecho muy cortito, jeje. Un abrazo muy fuerte ^^
Y nos seguimos leyendo ;)
¡Hola, Carmen!
EliminarMuchas gracias por leerme y por tu comentario. A ver qué pasa al final. ^^
¡Un abrazo fuerte! ¡Nos seguimos leyendo!