jueves, 27 de agosto de 2015

Horizonte oceánico

Las olas la tentaban con promesas provenientes de más allá del horizonte del océano. Promesas inalcanzables que nacían justo donde su vista se perdía, por encima de la cortante línea definida que separaba el cielo azul del mar azul. Sentada en la orilla, las olas se acercaban cada vez más a la punta de los dedos de sus pies, pero ella no se dio por enterada. Quería que el mar se confiase y creyese que la iba a pillar desprevenida para que, una vez llegado el momento en el que el agua salada la tocara, fuese ella realmente quien disfrutase al máximo de un instante en el que todo un vasto océano la estuviese acariciando y lamiendo con la delicadeza de las idas y venidas del oleaje tropical.

jueves, 20 de agosto de 2015

La puerta

Se llevó la mano temblorosa hacia la comisura de los labios y se limpió las salpicaduras. El sabor ferroso de la sangre de otra persona se coló entre sus labios y la boca le supo a asesinato. Con pasos descoordinados, se tambaleó descendiendo cada uno de los escalones que llevaban al sótano. Despacio, fue recorriendo los últimos metros que lo separaban de su objetivo: la puerta de madera al final de aquel pasillo. Las lágrimas asomaron en sus ojos y la mueca que empezó siendo de alegría se tornó en una mezcla de pena e ira. Para llegar allí había hecho tanto de lo que arrepentirse, había destrozado tantas vidas a su paso, había traicionado y se había aprovechado de inocentes... Todos y cada uno de sus actos deplorables lo habían conducido hasta aquel sótano, lugar marcado por las sombras que danzaban al ritmo de la hilera de velas que se derretían en el suelo. Todo lo hecho lo había hecho para llegar a aquella puerta. Todo, por abrir aquella puerta. Todo, por liberar a la prisionera del otro lado.

jueves, 13 de agosto de 2015

Obsidiana

Su oscuridad rivalizaba con la del mismo espacio profundo, aquel lugar remoto y negro, lejos de cualquier comprensión humana, donde el manto de la expansiva creación aún no ha llegado. Su superficie era lisa y pulida, tanto que a su paso, silencioso y permanente, se reflejaba al detalle cada una de las distantes estrellas, planetas y galaxias. Su forma era esférica, el más perfecto de los volúmenes, y este artefacto misterioso la adoptó ni se sabe cuándo, ni se sabe cómo. Sin embargo, su objetivo era sabido. Era uno de los más terribles propósitos, uno que era opuesto y definitivo para cualquier forma de vida, pero, al mismo tiempo, uno que suponía una medida constante para el universo. Se trataba de una esfera oscura, pulida y perfecta, desconocida a ojos humanos, que recorría los confines de la existencia, de un extremo a otro, con el único cometido de acabar con civilizaciones enteras.

jueves, 6 de agosto de 2015

En busca de la luz

Aliento escarchado de un ser hundido,

ser que se hunde, que se cae en sí mismo.

Burbujas que escapan de su dueño perdido,

que se hunde más, que se cae en su abismo.