[Cuento escrito en colaboración con Casiopea Shine]
Hace tiempo, vivió
una joven chica en un país lejano del que ya nadie recuerda el
nombre. Ella se enamoró de un cazador muy guapo. Ellos fueron
felices durante cinco años, pero, un día, el cazador se acostó con
una mesonera y rompió el corazón de la joven chica. La pobre
muchacha se encerró en la casa sin querer salir. Su vida, poco a
poco, se fue apagando hasta que, al final, ella murió.
Su cuerpo fue
enterrado en el cementerio del pueblo, pero su alma seguía viva, y
allí se quedó, sentada sobre su lápida, a la espera de que el
enterrador enterrase otra alma con la que compartir la eternidad.
El mes de octubre,
murió un campesino. El enterrador al campesino enterró. El alma del
campesino era la de una persona trabajadora y responsable. La joven
buscó el alma del campesino para conversar con él, pero el alma del
campesino era pura, y subió directamente al cielo.
El mes de noviembre,
murió un asesino. El enterrador al asesino enterró. Pero la joven
no pudo ver el alma del asesino, pues esta se hundió en las
profundidades ardientes de la tierra.
El mes de diciembre,
murió un príncipe. El enterrador al príncipe enterró. La joven se
acercó al alma del príncipe, pero él estaba siempre callado. La
joven no pudo hablar con él, porque estaba demasiado preocupado por
su aspecto reflejado en su lujosa y limpia tumba.
El mes de enero,
murió el cazador. El enterrador al cazador enterró. Ella dudaba. No
sabía si quería verlo a él. Una noche, lo buscó, y lo encontró
llorando en la oscuridad. La joven descubrió que era un cobarde, que
solo lloriqueaba y se quejaba todo el rato, porque no quería estar
muerto.
El catorce de
febrero, murió el enterrador. Su alma caminó por el cementerio y
encontró el alma de la joven. La joven vio el alma del enterrador
caminando sola en la noche. Ella se escondió y lo observó. Su alma
era joven, casi de la misma edad que ella. La joven no entendió cómo
él había muerto. Entonces, ella fue y se puso frente a frente con
el alma del enterrador. Y los dos espíritus conversaron:
DAMA: Yo os conozco.
Sois el enterrador de este cementerio.
ENTERRADOR: Sí, lo
era antes. Y yo os conozco a vos. Sois la joven del cementerio.
DAMA: ¿Joven? No
sabía que ese nombre tenía. Yo ya no soy joven, ni estoy viva. Solo
soy un recuerdo, solo soy amor perdido, solo soy lágrimas que nadie
consuela.
ENTERRADOR: No
tenéis por qué pasar la eternidad sufriendo sola.
DAMA: He intentado
conocer un alma nueva. Intenté conocer al campesino, hui del
asesino, traté de hablar con el príncipe, e incluso pensé estar
con el cazador otra vez. Pero yo no puedo estar con nadie, y nadie
puede estar conmigo. Solo puedo estar sola.
ENTERRADOR: Ahora
ya no estás sola, y si yo puedo, nunca estarás sola. Yo llevo cinco
meses enterrando hombres, y luego yo veía sus almas. Ellos podía
hablar contigo, porque estaban muertos. Yo no podía, porque estaba
vivo. Yo sentía rabia y los envidiaba, porque ellos podían hablar
contigo. Ahora yo estoy muerto y puedo hablar contigo, y eso me hace
feliz.
DAMA: ¿Por qué?
ENTERRADOR: Porque
es mejor estar muerto y estar contigo, antes que vivir sin ti.
La joven empezó a
llorar. Él también y las dos se acercaron lentamente. Sus almas se
fundieron en un abrazo. Al día siguiente, sobre la tumba de ella,
empezaron a florecer unas flores únicas, rojas, con forma de
corazón. Al día siguiente, al lado del cadáver del chico,
empezaron a florecer flores únicas, rojas, con forma de de corazón,
bajo el puente del que él saltó para poder hablar con ella.
Moraleja: el corazón
es eterno, el amor verdadero nunca muere.
¡Hola Aio!
ResponderEliminarQué historia más bonita :) Aunque el modo de narrarlo me ha parecido un poco diferente. Casi más como una obra de teatro que no un relato.
Me alegro de que la dama por fin descubriera lo que era amar de verdad. De hecho, le hicieron el regalo más valioso, regalándole "la vida" (O, más bien, quitándose la vida...)
¡Un abrazo! Y nos leemos a la próxima ;)
¡Hola, Carmen!
EliminarMe alegro mucho de que te haya gustado. Tienes razón, la forma de narrar esta historia ha sido más bien como la de una obra de teatro. Pero el motivo es que la parte dialogada la tuvimos que representar, Casiopea y yo, delante de un grupo. Quería modificar esa parte y darle una forma más narrativa para el blog, pero la semana pasada no tuve tiempo y la subí tal cual. ^^
Muchísimas gracias por tu comentario, Carmen. Siempre alegra leer algo de ti. :)
Un abrazo muy fuerte. ¡Y nos seguimos leyendo!