Contenido
- Boda de ladrones
- Cielo cromado
- Claudio
- Diario
- Dormiré contigo
- Edith
- El fin
- El manantial
- El testamento del dragón
- En busca de
- Flora
- Grietas en el cielo
- Historias con latido
- Historias cortas
- Imágenes con latido
- La mansión
- La nueva vida de Dana
- Lady Noche
- Lágrimas de sueño
- Lana Mandala
- Las cuatro insidiosas
- Latidos de libreta
- Llantos
- Mariposas en las paredes
- No se lo digas a mi hija
- Notas del autor
- Ojos negros colmillos blancos
- Sujeto de prueba 001
- Zona en obras
jueves, 27 de febrero de 2014
¿Por qué? (Cielo cromado: 5)
Al principio, solo era un simple grafiti
más garabateado sin delicadeza sobre un muro a punto de desplomarse.
Nadie le prestó la más mínima atención. “Tan solo se trata de
un ejemplo de vandalismo urbano”, pensaba la mayoría, cuando leía
aquel mensaje escrito con trazos negros anchos y chorreantes. Ninguno
se detuvo a reflexionar sobre su significado. Todos los que pasaban delante estaban demasiado
ocupados con su ajetreo diario, y con el miedo reciente e incierto
que aceleraba sus pasos por la acera. “¿Por qué?” era la
pregunta que se planteaba en aquella pared. Y no había respuesta
alguna al lado del último interrogante. Tan solo había bloques de
hormigón desnudos asomando por una superficie deteriorada por la
humedad.
jueves, 20 de febrero de 2014
Piedra fría (Cielo cromado: 4)
“Seguro que no esperabas verme
aquí. Sobre todo, después de que haya pasado tanto tiempo. ¿Cuánto
hace ya? ¿Un año y medio? Para mí ha sido como un siglo en el
desierto. De veras. No sé si me has estado vigilando desde donde
quiera que estés, pero, si lo has hecho, seguro que ya sabías que
no ha sido fácil. Bueno..., espero que no pensaras que me había
olvidado de ti. Eso, jamás. Aunque no me vieras pasar por aquí, he
seguido pensando en ti, siempre. Cada día, cada mañana. De hecho,
en ese fugaz momento cuando me despierto y mi mente está en blanco,
es cuando creo que aún estamos juntos en la misma cama. Al menos
hasta que vuelvo a recordar que estoy solo. Pero bueno, no he venido
para contarte eso.
En fin, supongo que a estas
alturas te debo una explicación. Nunca antes había vuelto aquí. Al
menos, desde el entierro. Ahora te extrañará verme aquí, de
repente, sin motivo aparente. Verás. La última vez que te vi aquí,
fue insoportable para mí. Todavía tiemblo recordando ese jodido
día. Así que poco después de aquello me hice una promesa a mí
mismo. Me juré que no volvería por aquí a estar de pie para hablar
con una piedra fría que tiene tu nombre escrito. Siempre pensé que
eso era ridículo, que no me iba a servir para nada y que todo lo que
tenía que contarte ya te lo había contado cuando estabas conmigo.
Pero bueno, ya ves, ahora estoy aquí, faltando a mi promesa. Supongo
que las cosas cambian. Y las personas, también.
jueves, 13 de febrero de 2014
San Valentín (Cielo cromado: 3)
La mirada temblorosa de Trish se
iluminó con destellos de alivio cuando por fin vio aparecer a Gille.
Sintió que el alma le volvía al cuerpo cuando comprobó que su
amado había mantenido su promesa un año más, a pesar del toque de
queda. El joven caminaba a paso rápido y echando vistazos en todas
direcciones, por si alguien lo había visto salir de su escondite
entre los setos del parque. Los dos llevaban sin verse desde su
despedida tras las clases de ese día, pero, para ambos, la tarde que
había transcurrido desde entonces se había convertido en una
eternidad insoportable. La enamorada Trish, por mucho que se
esforzaba en encontrar algún defecto, fue incapaz de localizar una
sola pega al aspecto de su amado. El corazón se le desbocó y los
labios le temblaron, tratando de acomodar las palabras que se
disponía a pronunciar delante de él dentro de unos minutos.
jueves, 6 de febrero de 2014
Harold (Cielo cromado: 2)
“Hoy estoy un poco asustada,
Harold. No lo digo por el horrible temporal del que te hablé ayer,
que afortunadamente ya pasó. Sí, lo sé, es muy extraño. Tan
rápido como llegó, desapareció... Sé lo que estarías pensando
justo ahora: que esta anciana asustadiza está preocupada por el
estado en que ha quedado nuestra casa después del mal tiempo. Y no,
tampoco estoy asustada por eso, porque la casa ha resistido bien el
viento y la lluvia. De hecho, nuestra casa está bien, no te
preocupes, y el techo que arreglaste antes de... Bueno, que la casa
está bien y no hay que lamentar daños más allá de algunas
humedades.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)