jueves, 6 de febrero de 2014

Harold (Cielo cromado: 2)

Hoy estoy un poco asustada, Harold. No lo digo por el horrible temporal del que te hablé ayer, que afortunadamente ya pasó. Sí, lo sé, es muy extraño. Tan rápido como llegó, desapareció... Sé lo que estarías pensando justo ahora: que esta anciana asustadiza está preocupada por el estado en que ha quedado nuestra casa después del mal tiempo. Y no, tampoco estoy asustada por eso, porque la casa ha resistido bien el viento y la lluvia. De hecho, nuestra casa está bien, no te preocupes, y el techo que arreglaste antes de... Bueno, que la casa está bien y no hay que lamentar daños más allá de algunas humedades.


El motivo de mi inquietud es que por la tele no dejan de hablar de lo mismo en todas las cadenas. ¿Te acuerdas de la nube rara de ayer? Sí, esa. Aquel denso y oscuro nubarrón del que no paraba de caer agua a raudales y que, de pronto, hizo que la lluvia se detuviese en plena caída. Pues resulta que al final algo salió de su interior y se quedó parado justo encima de los edificios de la ciudad.



Desde nuestra casa se ve un poco ese objeto, flotando lejos en la distancia. Seguro que a ti te habría entusiasmado verlo, Harold. Con los prismáticos se puede ver su forma resaltada contra el color del cielo. Aunque una tenga que fijarse bien, porque es como plateado y es difícil de ver... ¿O es “cromado” la palabra correcta? No estoy segura, ojalá me pudieras corregir si estoy equivocada. Echo de menos que me corrijas. A veces una echa de menos las cosas más impensables...



Pues ahí está esa cosa, suspendida en el aire. Y en la tele no dejan de hablar del asunto como si se tratase del fin del mundo. Me parece un poco exagerado, Harold. Ojalá pudiera saber qué opinas tú de todo esto, pero en la tele algunos incluso han llegado a decir que se trata de algo que viene de fuera de este mundo. Vaya, parece ridículo hasta cuando lo pones por escrito, pero hasta la fecha nadie ha conseguido explicar con claridad de dónde ha salido esa cosa. Ojalá pudieras responderme para saber qué te parece todo esto. Hombrecillos verdes, ¿¡qué te parece!? Seguro que tú estarías con la tele puesta todo el día y comparando las noticias de diferentes periódicos para saberlo todo. Si pudiera verte así, de nuevo, en nuestra casa, me tranquilizaría un poco, Harold. Saber que vuelves a estar aquí, conmigo... Así, no tendría tanto miedo.



La cosa es que algunos de esos expertos con chaqueta y corbata de los programas de debate dicen que es posible que eso no venga en son de paz, que no podemos descartar esa posibilidad y que el hecho de que el objeto no haya hecho nada desde su aparición es una señal de que están a la espera de nuestra reacción para luego responder a ella. Algunos dicen que pueden responder con violencia, Harold. Que pueden usar armas más allá de nuestra comprensión. O que incluso ya estén efectuando su ataque sin que nosotros lo hayamos percibido. Por eso he decidido apagar la tele y correr las cortinas para no ver esa especie de globo alargado flotando en el cielo de la ciudad. Estaría menos nerviosa si estuvieses conmigo, Harold. Solamente abrazarte calmaría mis nervios y me ayudaría a superar todo esto. Pero no estás aquí, y nunca volverás.



Sé que te gustaría que rehiciera mi vida y que aprovechara los días que me quedan, pero no puedo, y toda esta situación de ahora me supera y me frena para intentar cualquier intento de vivir mi vida. Ya apenas salgo. La última vez fue hace casi una semana, y ahora tengo aun menos ganas de salir que antes. Ya me basta asomarme por la ventana para darme cuenta de que después de ayer la gente camina con prisas y con el miedo en sus rostros. No quiero contagiarme de su miedo y de su paranoia, ya bastante tengo con lo mío.



Sé que no te va a gustar saber esto, pero me he pasado el día recordando nuestros buenos momentos y recorriendo álbumes de foto de principio a fin una y otra vez. Así, hasta que se ha hecho de noche y te he vuelto a ver de nuevo en nuestra foto de boda, presidiendo la cabecera de nuestra cama... Nuestra cama... Ahora es mucho más fría, y demasiado grande para mí.



Te echo mucho de menos, Harold. Por la tele dicen que la humanidad ya no está sola en el universo, pero yo estoy más sola que nunca.



Te quiero y te querré siempre, Harold. Para siempre, y hasta que nos reencontremos.



Buenas noches, cariño, y hasta mañana”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario