“¿Por qué haces esto?”, oyó
decir Hanzo. Este frunció el ceño y dejó de apartar la tierra
sobre la tapa del ataúd de madera sobre el que estaba de rodillas.
Alzó la mirada hacia lo alto y vio a Kayra de pie al borde de la
zanja que él acababa de cavar en la húmeda tierra del cementerio.
La joven lo miraba en silencio, con la pala del enterrador apoyada
sobre el hombro derecho.
Contenido
- Boda de ladrones
- Cielo cromado
- Claudio
- Diario
- Dormiré contigo
- Edith
- El fin
- El manantial
- El testamento del dragón
- En busca de
- Flora
- Grietas en el cielo
- Historias con latido
- Historias cortas
- Imágenes con latido
- La mansión
- La nueva vida de Dana
- Lady Noche
- Lágrimas de sueño
- Lana Mandala
- Las cuatro insidiosas
- Latidos de libreta
- Llantos
- Mariposas en las paredes
- No se lo digas a mi hija
- Notas del autor
- Ojos negros colmillos blancos
- Sujeto de prueba 001
- Zona en obras
jueves, 26 de marzo de 2015
jueves, 19 de marzo de 2015
Boda de ladrones (Tercera parte de cinco)
La pareja de ladrones se deslizó
sigilosamente por la cuerda hasta que las suelas acolchadas se
encontraron con las húmedas briznas de hierba ocultas bajo la bruma
del siniestro lugar. Kayra desenganchó la cuerda de lo alto del muro
y cogió el gancho al vuelo en su caída. La chica se movía rápido
y en silencio, con su esbelto cuerpo bajo la tela negra que la
ocultaba en las sombras como si se tratara de una proyección fuera
de todo tiempo y espacio. Hanzo se arrodilló tras la primera piedra
que encontró, sintió la piedra fría humedeciéndole las puntas de
los dedos que sobresalían de sus mitones. El tacto le erizó la
piel, y poco tardó en bajar la mirada y toparse con el nombre
inscrito en la superficie. Se había escondido tras una tumba, y, más
allá, era lo único que podía ver: un ejército de lápidas
torcidas sobresaliendo de un mar de niebla baja. Hanzo apretó los
dientes y frunció el ceño. Todavía no terminaba de entender cómo
Kayra lo había convencido de hacer algo que en realidad no deseaba.
jueves, 12 de marzo de 2015
Boda de ladrones (Segunda parte de cinco)
Hanzo no supo cómo reaccionar.
¿Kayra lo estaba diciendo en serio? ¿De verdad quería casarse con
él?
jueves, 5 de marzo de 2015
Boda de ladrones (Primera parte de cinco)
La noche era plateada y serena.
La luna llena iluminaba con tal intensidad que parecía querer
rivalizar con la luz de su hermano sol. Allá arriba, desde su reino
estrellado de las alturas, el satélite nocturno había sido testigo
ruborizado del éxtasis amoroso de aquella pareja, oculta a plena
vista en una azotea cualquiera de la aldea; entre tejados de tejas y
gatos furtivos, pero lejos de los ojos indiscretos del pueblo
durmiente. Ambos amantes estaban acostados bajo la manta y, a un lado
de ellos y apoyados en el muro, estaban sus pertrechos: ropas oscuras
con capucha, guantes, cuerdas, ballestas, ganchos... Nada de aquello
había hecho falta para librar la dulce batalla que acababan de
terminar. Yacían boca arriba, mientras él deslizaba sus dedos
bailarines sobre la erizada piel del hombro de ella. Con la mirada
perdida en la multitud de estrellas, los dos guardaron silencio,
disfrutando de la quietud de la noche, y del poderoso latir de ambos
corazones, extenuados tras haberse regalado con pasión caricias,
besos, y algunos placenteros arañazos.
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