Contenido
- Boda de ladrones
- Cielo cromado
- Claudio
- Diario
- Dormiré contigo
- Edith
- El fin
- El manantial
- El testamento del dragón
- En busca de
- Flora
- Grietas en el cielo
- Historias con latido
- Historias cortas
- Imágenes con latido
- La mansión
- La nueva vida de Dana
- Lady Noche
- Lágrimas de sueño
- Lana Mandala
- Las cuatro insidiosas
- Latidos de libreta
- Llantos
- Mariposas en las paredes
- No se lo digas a mi hija
- Notas del autor
- Ojos negros colmillos blancos
- Sujeto de prueba 001
- Zona en obras
jueves, 25 de septiembre de 2014
El fin (Segunda parte de dos)
El caos más salvaje se había
propagado por las calles como una lengua de fuego que cabalga sobre
combustible. De un momento para otro, las normas, las reglas, las
leyes... Todas las directrices existentes habían desaparecido de un
plumazo. Cualquier resquicio de civismo había quedado relegado al
olvido, y ni siquiera la poca policía que quedaba de servicio era
capaz de contener la vorágine autodestructiva. La humanidad daba
señales de haber desaparecido ya, incluso antes de que el asteroide
impactara contra la superficie del planeta. En las calles, pocos
escaparates quedaban sin romper. Los saqueadores se agolpaban bajo
los boquetes abiertos en los cristales, mientras otros tantos salían
de los locales cargando con cajas demasiado pesadas para sus fuerzas
o demasiado grandes para sus brazos. Ahora, se mirase donde se mirase,
nadie caminaba, todos los transeúntes corrían sorteando los coches
que algunos otros habían abandonado en mitad de la carretera o sobre
la acera. Los escasos vehículos que aún circulaban lo hacían a
duras penas y a base de bocinazos, aunque los había que se abrían
camino con la contundencia de los golpes de sus parachoques.
Atropellos, robos, peleas, gritos y llantos. La raza humana agonizaba
en sus últimos instantes, asediada por el miedo y la desesperación.
jueves, 18 de septiembre de 2014
El fin (Primera parte de dos)
No hubo ningún aviso. No dieron
ninguna rueda de prensa para prevenir a la población de lo que se le
venía encima. Ni siquiera apareció ningún elegante presentador de
informativos explicando lo que estaba a punto de suceder. Nadie dijo
nada en ningún momento, y aún a día de hoy no se sabe a ciencia
cierta si fue un silencio premeditado, o simplemente fue el resultado
de un fatídico caso de ignorancia multitudinaria. Fuera como fuese,
quizás la ausencia de información resultó ser lo más adecuado
para que el pánico no cundiera por doquier. Sin embargo, aunque el
silencio había sido absoluto, este poco pudo hacer para ocultar la
evidencia que mostraba el cielo, y algunos empezaron a extrañarse de
que aquella peculiar estrella brillase tanto, incluso de día.
jueves, 11 de septiembre de 2014
Debajo de la cama
Jack no tenía ni idea de quién
estaba dejando las cajas de cartón debajo de su cama. Pero cada
mañana, cuando se despertaba, allí había una nueva caja vacía
esperándole. Eran cajas pequeñas, como de zapatos, y no tenían
absolutamente nada dentro, ni tampoco tenían nada impreso: ni un
logo, ni una marca. Tan solo era cartón que no albergaba nada en su
interior.
jueves, 4 de septiembre de 2014
La verdad del hechicero
“Ojalá nunca hubiésemos
encontrado ese libro maldito”, se quejó Luca, balanceándose en su
silla, de madera seca y crujiente. No le quitaba la vista de encima
al tomo encuadernado con piel que yacía en el suelo. Estaba en el
mismo punto exacto donde la mano del hechicero lo había dejado caer
antes de que su cuerpo entero se volatilizara en el aire.
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