¡Muy buenas a todos!
"Historias con latido" se tomará unas pequeñas vacaciones. Volveremos a vernos próximamente con las nuevas aventuras de "Lana Mandala".
¡Muchas gracias a todos por estar ahí!
¡Saludos!
Contenido
- Boda de ladrones
- Cielo cromado
- Claudio
- Diario
- Dormiré contigo
- Edith
- El fin
- El manantial
- El testamento del dragón
- En busca de
- Flora
- Grietas en el cielo
- Historias con latido
- Historias cortas
- Imágenes con latido
- La mansión
- La nueva vida de Dana
- Lady Noche
- Lágrimas de sueño
- Lana Mandala
- Las cuatro insidiosas
- Latidos de libreta
- Llantos
- Mariposas en las paredes
- No se lo digas a mi hija
- Notas del autor
- Ojos negros colmillos blancos
- Sujeto de prueba 001
- Zona en obras
jueves, 6 de abril de 2017
Lana Mandala (Segunda parte)
La enorme mano apareció de
repente muy por encima de la abertura de Foso. Surgió y se interpuso
en la luz con la misma contundencia que la de un astro que bloquea
los rayos del sol. Con el árbol sujeto entre los dedos, la mano se
colocó justo encima del agujero en la tierra, dispuesta a soltarlo
en cualquier momento. Lana, agarrada fuertemente a una rama, miró
abajo, más allá de la bandada asustada de pájaros que volaba por
debajo de ella, y vio que una oscuridad aún más densa que la sombra
del gigante se hundía en las profundidades del Foso. Pronto caería
junto con el árbol, de modo que aprovechó que el gigante estaba
parado y ya no balanceaba el árbol con el vaivén de sus pasos para
reunir valor para trepar hasta la mano y así evitar la caída. Justo
cuando estaba preparada para comenzar a trepar, un repentino mareo le
subió por la garganta y por un instante creyó que perdía el
conocimiento. El gigante ya había tirado el árbol dentro del Foso.
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