jueves, 21 de enero de 2016

Sujeto de prueba 001 (Sexta parte de siete)

Día 5, sábado, 12 de mayo del 2035.
Signos vitales:
Temperatura: No.
Pulso: Lo.
Presión arterial: Sé.


Hay algo debajo de la cama. No lo he visto, pero lo noto arrastrándose. Siento las pequeñas vibraciones propagándose por el colchón. Creo... creo que puede que sean serpientes, toda una maraña de serpientes enredadas entre sí y siseando hambrientas, a la espera de que asome mi pie desnudo para abalanzarse sobre él y perforarlo con sus colmillos venenosos. Pero, ¿cómo rayos habrán llegado esas serpientes ahí abajo? Tan solo eché una cabezada anoche, cuando por fin fui capaz de cerrar los ojos de madrugada, y luego, cuando desperté, ya las notaba ahí abajo. Casi podía escuchar sus escamas rozándose entre sí y sus pesados cuerpos cayendo unos sobre otros mientras se retorcían en una orgía de cuerpos alargados y anudados entre sí.

Y los golpes en la pared, que llevo unos días escuchando, no han cesado ni un solo segundo. Pum... Pum... Pum... Incluso los podía escuchar durante el breve rato en el que pude agarrar un sueño superficial que apenas me aportó descanso alguno. Me figuro que esa chica extraña continúa ahí fuera, en el salón, martilleando con su puño la pared. Aunque ahora tengo la sensación de que la pared que golpea es la de mi habitación, y los golpes se han vuelto más rápidos, como los latidos de un corazón acelerado por el pavor más escalofriante.

No han sido pocos los momentos en los que me he llevado las frías manos a la cara y he cerrado los ojos en un intento de sosegar mi ánimo y convencerme a mí mismo de que todo este sinsentido que me rodea es fruto de mi imaginación y de que, por tanto, no puede hacerme daño. Me he repetido incontables veces en voz baja que nada de esto es real, y me sorprendía a mí mismo diciéndolo al mismo ritmo de los golpes de cuya inexistencia trataba de convencerme. ¿Me están engañando mis propios sentidos o realmente estoy viviendo una auténtica pesadilla? Vi a la chica, escucho los golpes, noto las vibraciones de las serpientes reptando... ¿Está todo en mi cabeza? ¿Todo esto lo ha generado esa horrible imagen que me enseñaron en el laboratorio? Si todo es mentira, ¿por qué estoy tan asustado...? ¿Por qué soy incapaz de salir de la cama?

Pum... Pum... Pum... Pum... Pum...

Ojalá pudiera registrarlo con la grabadora. Ahora los golpes son más intensos, y el siseo de las serpientes es tan agudo que parece perforar mis oídos hasta distorsionar mi poca cordura restante. Quería poner fin a esto, quería llamar al laboratorio y avisarles de que me doy por vencido. Pero he sido incapaz de poner un pie en el suelo de mi dormitorio. Las serpientes de abajo vigilan. Lo sé. Lo noto. No dejarán que me ponga en pie. Y la chica del salón me amenaza sin palabra alguna, pero con golpes cada vez más rotundos, advirtiéndome del tormento que me aguarda si se me ocurre abrir la puerta que da al salón desde mi dormitorio.

Estoy atrapado en mi cama. Soy un prisionero de mis miedos. No sé si son reales o no, pero me tienen encadenado sin remedio. Necesito ayuda, pero no sé a quién pedírsela. El laboratorio, mi hermano... incluso Cassie... Sin el teléfono, todos están fuera de mi alcance. Estoy solo con mi paranoia. El agobio y la urgencia aceleran... mi respiración... Me siento... Me siento... angustiado y... me falta... el... el aire.

Por los Altos..., necesito... gritar. Chillar a pleno pulmón. Quizás me oiga algún vecino y llame a la policía. Así me sacarían de aquí. Ahora mismo no me encuentro nada bien. Empiezo a sentir calor. La visión se me nubla un poco y aquí huele a algo quemado. Espera, ¿qué es eso? ¿Es humo? ¿Eso es humo? ¿Qué... qué es eso? Veo... Hay una luz por debajo de la puerta. Joder, ¿será fuego? Oh, joder, es fuego. La puerta está ardiendo. ¡Se está quemando! ¿Es eso real? ¿Es eso real? ¿ES ESO REAL? Hace calor, mucho calor, tengo que salir de aquí. Joder. ¿De verdad hay un incendio? ¿Son imaginaciones mías? Sea como sea, tengo que salir de aquí, pero las serpientes... Joder... ¡Mierda!

¡Socorro! ¡SOCORRO!

2 comentarios:

  1. ¡Oh por dios! ¡Y ahora esto! ¡Pobre hombre!

    Me tienes con la misma angustia que a tu protagonista. ¡Qué sentimiento de impotencia y de terror! Jolines (-_-') No quiero ni pensar en lo que pasará al final... (mieditis se le llama a esto XD)

    ¡A por el último! (Diooosss que no le pase nadaaaaa)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Carmen!

      Me alegro mucho de que te esté gustando, y espero que el capítulo final esté a la altura.

      Como siempre, muchísimas gracias, y nos seguimos leyendo. ^^

      Aio

      Eliminar