Sujeto de prueba 001 (Quinta parte de siete)

Día 4, viernes, 11 de mayo del 2035.

Signos vitales:

Temperatura: 42º.

Pulso: 115.

Presión arterial: 153 / 97.

He comprobado las mediciones dos veces. Los resultados son correctos, aunque difíciles de creer. Pero lo más increíble es que incluso me siento mucho peor de lo que pudieran indicar esos números. Tengo un terrible dolor de cabeza y noto los latidos del corazón en la garganta y en los tímpanos de los oídos. Son palpitaciones rápidas y descompasadas que no dejan que mi cuerpo se relaje. A veces siento náuseas y tengo que agarrarme a las sábanas para no sentir que caigo rodando al suelo. Esto ya ha ido demasiado lejos. Nunca... nunca pensé que la prueba tuviera estos efectos tan brutales en mí. Desde hace un rato ya ni siquiera soy capaz de bromear con el tema. Y quiero que esto acabe cuanto antes. Ya me dan igual los dos mil que me iban a dar al final. Quiero volver a ser la persona que era antes.

Esto es insoportable, hasta me molesta al tragar saliva. Ni siquiera soy capaz de distraerme o de dormir. Es una tortura constante y lenta en la que soy consciente todo el rato de mi malestar. ¿Cómo es posible que ver una simple imagen me haya hecho esto? ¿Es acaso sugestión o es que de verdad esos cabrones de bata blanca han encontrado algo real... algo que puede provocar esto en la gente? No quiero ni pensarlo. Tan solo quiero poner fin a esto, pero no puedo. Ahora mismo, mientras sujeto la grabadora, estoy sosteniendo mi móvil con la otra mano. No se enciende. Al parecer, anoche estaba tan cansado que se me olvidó enchufarlo para que cargara, y se me ha quedado seco. No puedo llamar al laboratorio con él. Podría coger el cargador que dejé al lado de la tele, o incluso llamar desde el teléfono fijo del salón, pero no puedo salir de mi dormitorio. No soy capaz. Me da... mucho miedo.

Sé que va a sonar extraño. Incluso yo me doy cuenta de que lo que voy a decir sonará a una completa locura. Pero creo que hay alguien en el salón. Los ruidos... esos ruidos que llevo escuchando desde lo que parece una eternidad. Pum... Pum... Incansables, constantes, agotadores... Creo que los hace esa chica, esa chica que está de pie en mi salón. Al amanecer, me armé de valor y abrí un poco la puerta para mirar por la rendija. Desde luego, si lo que pude ver se trató de una ilusión, fue la más realista del mundo. La vi a oscuras, de espaldas, con el hombro apoyado en la pared del fondo y golpeando con el canto del puño la pared. Pum... Pum... Apenas pude fijarme en más detalles, porque verla me heló la sangre y cerré inmediatamente. Me arrastré de vuelta a la cama mientras el ruido de sus golpes acompañaba cómo mi cuerpo reptaba hasta la seguridad ilusoria del colchón de sábanas revueltas.

En el fondo, creo que esa chica de ahí fuera no es real. Ni siquiera creo que la conozca. Un momento..., ¿cómo voy a conocerla si no es real? Joder, ya no sé ni lo que digo... Sé que no es real, que es una proyección de mis miedos o algo así. Si ella existiese entraría aquí. La cerradura de la puerta está abierta, no se puede cerrar. ¿Por qué no entra? ¿Por qué se queda ahí fuera dando golpes sin motivo alguno?

No tienen sentido. Ningún sentido. Y algo me dice que va a ir a peor. Debo llamar al laboratorio lo antes posible y decir que se acabó el experimento y que me quiten esto de la cabeza. Pero, para poder llamarlos, tengo que salir al salón, donde está el teléfono fijo, donde está el cargador, y donde está ella. Lo tengo que hacer... Lo intentaré... Dentro de unas horas. Primero intentaré descansar. Hablar de todo, aunque sea a una máquina, me ha relajado un poco y me ha entrado algo de sueño. Aprovecharé para descansar, y luego saldré y llamaré, y toda esta tortura sin sentido acabará.

Hasta dentro de unas horas, grabadora.